Lufso

Serendipia

No soy tan fuerte como mi silencio
ni tan valiente como mis palabras
pero a veces es cierto puedo
hallar en tu abrazo las armas.

Tal vez los días me sean inciertos
y el futuro me retumbe como un llanto al hueso
casi siempre en el patio del alma
pero a veces corazón creo hallarme nuevo
cuando te veo sentarte al borde de la cama.

Y cuando suena mi teléfono
en la niebla de mi nada espero
que sea un mensaje tuyo una llamada
como el faro al que sueñan los marineros
y así todo el tiempo me vas a ver sonriendo
aunque me pese tan terriblemente el nervio
aunque el vacío aún se hospede por la casa.

Quisiera decirte mirá ahí todo mi infierno
todas las venas vertidas todas las batallas
todas las luces podridas todas las murallas
y entonces te veo y no puedo
no controlar e invertir todo ante tu espalda.

Y por las noches lucero
me cuesta la luna
me cuesta el silencio
me cuesta la almohada.

Pero un saludo y un beso
me desenreda la escarcha
me primavera el invierno
me desatura hasta el ansia
y hasta me arrulla el consuelo
y hasta me llena el ensueño
y hasta me duerme hasta el alba.

No soy ni un héroe ni un guerrero
no sé triunfar ni dar batalla
la mayor parte del tiempo pierdo
y cuando gano no hay quien me aplauda.
La diferencia es que te quiero
y eso me anula todas las llagas
me da entereza me da sustento
como un conjuro como una espada.

No puedo hundir mis tercos miedos
ni remontar del pozo mis ganas
pero llegás y asciendo
pero venís y alcanza
para tumbar todos los cerros
para cruzar cada montaña
para tener entero el cielo
para volarlo con tus alas.