Para vos lector desconocido
son todos estos versos desojados
de este árbol antiguo, de estas horas oscuras;
estos poemas encerrados en dos tapas
que salieron de mí a la superficie
y que claman vida y viajes
desde una boca o unos ojos
hasta diferentes oídos.
Lector, estos versos son tuyos,
hazlos vivir como yo no he podido.
Porque ustedes quienes los leen
traen el rayo de vida a estas hojas
y se nutren de lo que yo ahora escribo.
No lo hagan por mí, sino por ella:
llévenla consigo en una flor,
en un beso, en un papel o en su amor.
Háganla emerger y seduzcan la vida
y seduzcan las horas, el vacío, para
que no exista abandono ni desconfianza.
Son para ustedes, gasten sus páginas,
sus proclamaciones, sean vivos y vivan.
Así lector, mis palabras
-que no pude cantar en mis amadas-
las canten ustedes y sean de ustedes,
y yo no seré yo, sino su aliado
y ella no será ella, sino su amiga.
Categorías
Etiquetas
Textos relacionados
Llegado al campo
Cuando salí de casa abandoné los hierros, las placas; esas paredes que me lloraban; esos suelos que gritaban jabones y pañuelos y refriegos. Descolgué de las perchas del aire aquellas […]
La mujer estatua
La claridad de la siesta la consuma en su total artificio de abejas y cinceles, eléctrica, suave, en el centro del día que en sus cabellos se entrega. Callada bajo […]
Carencias
Mt. 8:8 Tengo un hijo entre las venas del silencio.Unas manos hijas del anhelo.Quizá un dolor paciente y sinceroque tuerce la virtud de los huesos. Tengo un hijo nacido de […]
Última luz de un desesperado
Es la hambrienta noche en la que estoy sentado. Torbellino de dientes, círculo de colmillos opacos, arrastrando nubes de candados helados. Va y viene girando mi corazón de abismos. Desesperado, […]
Tal vez te interese
Advertencia para la tristeza
Óyeme tristeza, voy a hablar con murallas, con altas barricadas de espinos hablaré para que tu gélida hueste que traes pegada no entre otra vez a mi jardín pisando flores. […]
Nunca vas sola
No creas que caminas con los pies descalzos sobre suelos sin lámparas desnivelados, ni que vas sin contorno a tanteos extraños sin barandas de hombros, con los ojos vendados. No […]
Antes del alba
He perdido las albas de tanto dormirme al final de las horas soñando tus manos junto a las mías en la soledad del mundo. Las mañanas me recuerdan a dos […]
Huida de la noche falsa
Hoy me fugué por un ojal hacia la verdadera noche. No quise la noche oscura ni la sombra temeraria. No quise la luna arrogante ni las estrellas destiladas. No quise […]