Lufso

Tipo de post: biblioteca

Dedicamento

“La sombra llega y no espera,
se presenta y no te deja opción”
Kurosawa – Charly García

Voy desde el mercurio a la fuente y caigo y sigo.
A veces a mi puerta llaman los amigos.
Y yo salgo, hablo, desvarío y sonrío.
Aprieto sus manos, sus voces, los abrazo.
Les digo en silencio ¡Qué bueno que han venido!
No escuchan pero sienten.
O por lo menos yo imagino
que tras mis destellos de muerte
saben que son mapa fiel de este perdido.
Me conocen imperfecto, tal cual soy y así mismo
pienso que escuchan lo que en silencio les digo
como yo siento que me hablan adentro mío.

Y tras la noche de nieblas cuando vuelvo a mis ritos
sacándome la máscara perfecta que se merecen, los abrigos,
y las manos despojadas y las hojas sin destino,
descubro en la soledad a este otro de tan caliente inerte, frío.
Por eso casi ya no guardo cubiertos ni milagros.
En mi habitación sólo habito yo y el espejo testigo
con el otro que lleva mi nombre pero es más largo
más apretado, más amado y cercano de tan enemigo.

En la mesa los panes están duros y el hambre esperando.
Los lápices se caen, los trazos van rodando.
¿Será que este oído que te boceta está sordo
o será que el amor anda descalzo?
El timbre quiebra los huesos de este fallido acto.
Es un amigo que viene con la vida conversando.
Tiene una botella de tiempo en cada mano
y va sirviendo aliento y barandas en cada copa de sus brazos.

Guarda la amistad, guarda su vaso, repito.
Cortarás desiertos en cada esquina de los días
y aquellos pozos te serán proscritos.
Traerán los hombros en las pupilas
y de sus oídos nada saldrá invicto.
Las horas compartidas no se gastan ni olvidan
ni las diluye el horizonte entre el aquí y allá.
Porque la distancia siempre es resumida…
donde quiebre una herida, un amigo estará.