La naturaleza entra por los sentidos,
viaja como un rayo táctil
como un perfume visible
como un sonido exquisito.
Pronto toda esa materia
cae en sus manos, se entrega.
Ella apretando con sus dedos mi alma,
esculpe y levanta
su estructura transmutada.
La decora, tuerce, reaviva
con su alquimia versátil.
Entonces aparezco yo
con mi oído seguro,
con mi mente y mis manos
viajando astralmente
hasta la verdad desde sus palmas.
Y aquella naturaleza
enriquecida y desdoblada
cae al mundo como un hechizo
que llegó siendo materia,
se transformó en metáfora,
se implantó como palabra
y lo entenderán
como ustedes sientan.
Categorías
Etiquetas
Textos relacionados
Ilusiones
Dentro de las esbeltas perlas azules te veo caminar por los pies de la tarde: El sol arrastra consigo el vestido que te ilumina y atardeces en mi alma como […]
Pienso quedarme
Pienso quedarme silbando latitudes, punteando horizontes o marcando la brisa. Me duelen los pies que nunca me llevan. Me duelen las horas que se destiñen, y las paredes del cielo […]
Llegado al campo
Cuando salí de casa abandoné los hierros, las placas; esas paredes que me lloraban; esos suelos que gritaban jabones y pañuelos y refriegos. Descolgué de las perchas del aire aquellas […]
Río de medianoche
Sobre el borde de un río emerjo de mi amarga fuente con los nudos invocados por fantasmas del tiempo. Y no se ve más que una ruta pedregosa bordeada de […]
Tal vez te interese
Castillo de cristal
Ante ti soy yo un orfebre. O soy un mago, un alquimista. Para ti convierto la piedra en palabra. Para ti convierto la palabra en cristal. Para ti encierro en […]
Huida de la noche falsa
Hoy me fugué por un ojal hacia la verdadera noche. No quise la noche oscura ni la sombra temeraria. No quise la luna arrogante ni las estrellas destiladas. No quise […]
Es ahora un cielo
Es ahora un cielo desbocado. Las ramas desnudas de altos árboles hacen creer que las nubes se rasgaron. ¿Y qué hago yo con tantas noches, con tan pocos brazos, con […]
Advertencia para la tristeza
Óyeme tristeza, voy a hablar con murallas, con altas barricadas de espinos hablaré para que tu gélida hueste que traes pegada no entre otra vez a mi jardín pisando flores. […]